"La dificultad no debe ser un motivo para desistir sino un estímulo para continuar"

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Las mocedades del Cid - Guillén de Castro

Las mocedades del Cid Comedia primera Guillén de Castro [Nota preliminar: Edición a cargo de Eva Soler. Grupo de investigación ARTELOPE. Proyecto TC/12.] LOS QUE HABLAN EN ELLA SON LOS SIGUIENTES EL REY DON FERNANDO. LA REINA, su mujer. EL PRÍNCIPE DON SANCHO. LA INFANTA DOÑA URRACA. DIEGO LAÍNEZ, padre del Cid. RODRIGO, el Cid. EL CONDE LOZANO. JIMENA GÓMEZ, hija del Conde. ARIAS GONZALO. PERANSULES. HERNÁN DÍAZ y BERMUDO LAÍN, hermanos del Cid. ELVIRA, criada de Jimena Gómez. UN MAESTRO DE ARMAS del Príncipe. DON MARTÍN GONZÁLEZ. UN REY MORO. CUATRO MOROS. UN PASTOR. Dos o tres PAJES y alguna otra GENTE de acompañamiento. [UN GAFO.] ArribaAbajoActo I Salen el REY DON FERNANDO, DIEGO LAÍNEZ, los dos de barba blanca, y el DIEGO LAÍNEZ, decrépito, arrodíllase delante el REY y dice. DIEGO LAÍNEZ Es gran premio a mi lealtad. REY A lo que debo me obligo. DIEGO LAÍNEZ Hónrale tu Majestad. REY Honro a mi sangre en Rodrigo, Diego Laínez, alzad. 5 Mis propias armas le he dado para armalle caballero. DIEGO LAÍNEZ Ya, Señor, las ha velado, y ya viene... REY Ya lo espero. DIEGO LAÍNEZ ...excesivamente honrado. 10 Pues don Sancho mi Señor, mi Príncipe, y mi Señora la Reina, le son, Señor, padrinos. REY Pagan agora lo que deben a mi amor. 15 (Salen la REINA y el PRÍNCIPE DON SANCHO, la INFANTA DOÑA URRACA, JIMENA GÓMEZ, el CONDE LOZANO, ARIAS GONZALO, [RODRIGO] y PERANSULES.) URRACA ¿Qué te parece, Jimena, de Rodrigo? JIMENA Que es galán, (Aparte.) (y que sus ojos le dan al alma sabrosa pena.) REINA ¡Qué bien las armas te están! 20 ¡Bien te asientan! RODRIGO No era llano, pues tú les diste los ojos y Arias Gonzalo la mano. ARIAS GONZALO Son del cielo tus despojos, y es tu valor castellano. 25 REINA [Al REY.] ¿Qué os parece mi ahijado? ¿No es galán, fuerte y lucido? CONDE [A PERANSULES.] Bravamente le han honrado los reyes. PERANSULES [Al CONDE.] Extremo ha sido. RODRIGO ¡Besaré lo que ha pisado 30 quien tanta merced me ha hecho! REY Mayores las merecías. ¡Qué robusto, qué bien hecho, bien te vienen armas mías! RODRIGO Es tuyo también mi pecho. 35 REY Lleguémonos al altar del Santo Patrón de España. DIEGO LAÍNEZ No hay mas glorias que esperar. RODRIGO Quien te sirve y te acompaña, al cielo puede llegar. 40 (Corren una cortina y aparece el altar de Santiago y en él una fuente de plata, una espada y unas espuelas doradas.) REY Rodrigo, ¿queréis ser caballero? RODRIGO Sí, quiero. REY Pues Dios os haga buen caballero. Rodrigo, ¿queréis ser caballero? RODRIGO Sí, quiero. 45 REY Pues Dios os haga buen caballero. Rodrigo, ¿queréis ser caballero? RODRIGO Sí, quiero. REY Pues Dios os haga buen caballero. Cinco batallas campales 50 venció en mi mano esta espada, y pienso dejarla honrada a tu lado. RODRIGO Extremos tales mucho harán, Señor, de nada. Y así, porque su alabanza 55 llegue hasta la esfera quinta, ceñida en tu confianza la quitaré de mi cinta, colgaréla en mi esperanza. Y por el ser que me ha dado 60 el tuyo, que el cielo guarde, de no volvérmela al lado hasta estar asegurado de no hacértela cobarde, que será habiendo vencido 65 cinco campales batallas. CONDE [Aparte.] (¡Ofrecimiento atrevido!) REY Yo te daré para dallas la ocasión que me has pedido. Infanta y vos le poné 70 la espuela. RODRIGO ¡Bien soberano! URRACA Lo que me mandas haré. RODRIGO Con un favor de tal mano, sobre el mundo pondré el pie. (Pónele [DOÑA URRACA] las espuelas.) URRACA Pienso que te habré obligado; 75 Rodrigo, acuérdate desto. RODRIGO Al cielo me has levantado. JIMENA [Aparte.] (Con la espuela que le ha puesto el corazón me ha picado.) RODRIGO Y tanto servirte espero, 80 como obligado me hallo. REINA Pues eres ya caballero, ve a ponerte en un caballo, Rodrigo, que darte quiero. Y yo y mis damas saldremos 85 a verte salir en él. DON SANCHO A Rodrigo acompañemos. REY Príncipe, salid con él. PERANSULES [Aparte.] (Ya estas honras son extremos.) RODRIGO ¿Qué vasallo mereció 90 ser de su Rey tan honrado? DON SANCHO Padre, y ¿cuándo podré yo ponerme una espada al lado? REY Aún no es tiempo. DON SANCHO ¿Cómo no? REY Pareceráte pesada, 95 que tus años tiernos son. DON SANCHO Ya desnuda o ya envainada, las alas del corazón hacen ligera la espada. Yo, Señor, cuando su acero 100 miro de la punta al pomo, con tantos bríos le altero, que a ser un monte de plomo me pareciera ligero. Y si Dios me da lugar 105 de ceñilla y, satisfecho de mi pujanza, llevar en hombros, espalda y pecho, gola, peto y espaldar, verá el mundo que me fundo 110 en ganalle y si le gano, verán mi valor profundo, sustentando en cada mano un polo de los del mundo. REY Sois muy mozo, Sancho, andad, 115 con la edad daréis desvío a ese brío. DON SANCHO ¡Imaginad que pienso tener más brío cuanto tenga más edad! RODRIGO En mí tendrá vuestra Alteza 120 para todo un fiel vasallo. CONDE [A PERANSULES.] ¡Qué brava naturaleza! DON SANCHO Ven, y pondráste a caballo. PERANSULES [Al CONDE.] Será la misma braveza. REINA Vamos a vellos. DIEGO LAÍNEZ Bendigo, 125 hijo, tan dichosa palma. REY [Aparte.] (¡Qué de pensamientos sigo!) JIMENA (Aparte.) (Rodrigo me lleva el alma.) URRACA (Aparte.) (Bien me parece Rodrigo.) (Vanse y quedan el REY, el CONDE LOZANO, DIEGO LAÍNEZ, ARIAS GONZALO y PERANSULES.) REY Conde de Orgaz, Peransules, 130 Laínez, Arias Gonzalo, los cuatro que hacéis famoso nuestro Consejo de Estado. Esperad, volved, no os vais; sentaos, que tengo que hablaros. 135 (Siéntanse todos cuatro y el REY en medio de ellos.) Murió Gonzalo Bermúdez que del Príncipe don Sancho fue ayo, y murió en el tiempo que más le importaba el ayo; pues dejando estudio y letras 140 el Príncipe tan temprano, tras su inclinación le llevan guerras, armas y caballos. Y siendo de condición tan indomable y tan bravo, 145 que tiene asombrado el mundo con sus prodigios extraños, un vasallo ha menester que, tan leal como sabio, enfrene sus apetitos 150 con prudencia y con recato. Y así yo, viendo parientes más amigos que vasallos, que es mayordomo mayor de la Reina Arias Gonzalo, 155 y que de Alonso y García tiene la cura a su cargo Peransules, y que el Conde por muchas causas Lozano, para mostrar que lo es 160 viste acero y corre el campo, quiero que a Diego Laínez tenga el Príncipe por ayo. Pero es mi gusto que sea con parecer de los cuatro, 165 columnas de mi corona y apoyos de mi cuidado. ARIAS GONZALO ¿Quién como Diego Laínez puede tener a su cargo lo que importa tanto a todos, 170 y al mundo le importa tanto? PERANSULES ¿Merece Diego Laínez tal favor de tales manos? CONDE Sí, merece; y más agora, que a ser contigo ha llegado 175 preferido a mi valor tan a costa de mi agravio. Habiendo yo pretendido el servir en este cargo al Príncipe mi Señor, 180 que el cielo guarde mil años, debieras mirar buen Rey, lo que siento y lo que callo por estar en tu presencia, si es que puedo sufrir tanto. 185 Si el viejo Diego Laínez con el peso de los años caduca ya, ¿cómo puede siendo caduco, ser sabio? Y cuando al Príncipe enseñe 190 lo que entre ejercicios varios debe hacer un caballero en las plazas y en los campos, ¿podrá para dalle ejemplo, como yo mil veces hago, 195 hacer una lanza astillas desalentando un caballo? Si yo... REY ¡Baste! DIEGO LAÍNEZ Nunca, Conde, anduvistes tan lozano. Que estoy caduco confieso, 200 que el tiempo, en fin, puede tanto, mas caducando, durmiendo, feneciendo, delirando, puedo... puedo enseñar yo lo que muchos ignoraron. 205 Que si es verdad que se muere cual se vive, agonizando, para vivir daré ejemplos y valor para imitallos. Si ya me faltan las fuerzas 210 para con pies y con brazos hacer de lanzas astillas y desalentar caballos, de mis hazañas escritas daré al Príncipe un traslado 215 y aprenderá en lo que hice, sino aprende en lo que hago. Y verá el mundo, y el Rey, que ninguno en lo criado merece... REY ¡Diego Laínez! 220 CONDE Yo lo merezco... REY ¡Vasallos! CONDE ...tan bien como tú, y mejor. REY ¡Conde! DIEGO LAÍNEZ Recibes engaño. CONDE Yo digo... REY ¡Soy vuestro Rey! DIEGO LAÍNEZ ¿No dices? CONDE ¡Dirá la mano 225 lo que ha callado la lengua! (Dale una bofetada.) PERANSULES ¡Tente! DIEGO LAÍNEZ ¡Ay, viejo desdichado! REY ¡Ah, de mi guarda! DIEGO LAÍNEZ ¡Dejadme! REY ¡Prendelde! CONDE ¿Estás enojado? Espera, excusa alborotos, 230 Rey poderoso, Rey magno, y no los habrá en el mundo de habellos en tu palacio. Y perdónale esta vez a esta espada y a esta mano 235 el perderte aquí el respeto, pues tantas, y en tantos años fue apoyo de tu corona, caudillo de tus soldados, defendiendo tus fronteras 240 y vengando tus agravios. Considera que no es bien que prendan los reyes sabios a los hombres como yo, que son de los reyes manos, 245 alas de su pensamiento, y corazón de su estado. REY ¡Hola! PERANSULES ¿Señor? ARIAS GONZALO ¿Señor? REY ¡Conde! CONDE Perdona. REY ¡Espera, villano! (Vase el CONDE.) ¡Seguilde! ARIAS GONZALO ¡Parezca agora 250 tu prudencia, gran Fernando! DIEGO LAÍNEZ Llamalde, llamad al Conde, que venga a ejercer el cargo de ayo de vuestro hijo, que podrá más bien honrallo; 255 pues que yo sin honra quedo y él lleva, altivo y gallardo, añadido al que tenía el honor que me ha quitado. Y yo me iré, si es que puedo, 260 tropezando en cada paso con la carga de la afrenta sobre el peso de los años, donde mis agravios llore hasta vengar mis agravios. 265 REY ¡Escucha, Diego Laínez! DIEGO LAÍNEZ Mal parece un afrentado en presencia de su Rey. REY ¡Oíd! DIEGO LAÍNEZ Perdonad, Fernando. ¡Ay, sangre que honró a Castilla! 270 (Vase DIEGO LAÍNEZ.) REY ¡Loco estoy! ARIAS GONZALO Va apasionado. REY Tiene razón, ¿qué haré, amigos? ¿Prenderé al Conde Lozano? ARIAS GONZALO No, Señor, que es poderoso, arrogante, rico y bravo, 275 y aventuras en tu imperio tus reinos y tus vasallos. Demás de que en casos tales es negocio averiguado que el prender el delincuente 280 es publicar el agravio. REY Bien dices. Ve, Peransules, siguiendo al Conde Lozano. [A ARIAS GONZALO.] Sigue tú a Diego Laínez. Decid de mi parte a entrambos, 285 que pues la desgracia ha sido en mi aposento cerrado, y está seguro el secreto, que ninguno a publicallo se atreva, haciendo el silencio 290 perpetuo; y que yo lo mando so pena de mi desgracia. PERANSULES ¡Notable razón de estado! REY [A ARIAS GONZALO.] Y dile a Diego Laínez que su honor tomo a mi cargo, 295 y que vuelva luego a verme. [A PERANSULES.] Y di al Conde que le llamo y le aseguro. Y veremos si puede haber medio humano que componga estas desdichas. 300 PERANSULES Iremos. REY ¡Volved volando! ARIAS GONZALO Mi sangre es Diego Laínez. PERANSULES Del Conde soy primo hermano. REY [Aparte.] (Rey soy mal obedecido, castigaré mis vasallos.) 305 (Vanse. Sale RODRIGO con sus hermanos HERNÁN DÍAZ y BERMUDO LAÍN, que le salen quitando las armas.) RODRIGO Hermanos, mucho me honráis. BERMUDO A nuestro hermano mayor servimos. RODRIGO Todo el amor que me debéis, me pagáis. HERNÁN DÍAZ Con todo habemos quedado, 310 que es bien que lo confesemos, invidiando los extremos con que del Rey fuiste honrado. RODRIGO Tiempo, tiempo vendrá, hermanos, en que el Rey, placiendo a Dios, 315 pueda emplear en los dos sus dos liberales manos, y os dé con los mismos modos el honor que merecí; que el Rey que me honra a mí 320 honra tiene para todos. Id colgando con respeto sus armas, que mías son; a cuyo heroico blasón otra vez juro y prometo 325 de no ceñirme su espada, que colgada aquí estará de mi mano y está ya de mi esperanza colgada, hasta que llegue a vencer 330 cinco batallas campales. BERMUDO Y ¿cuándo, Rodrigo, sales al campo? RODRIGO A tiempo ha de ser. (Sale DIEGO LAÍNEZ con el báculo partido en dos partes.) DIEGO LAÍNEZ ¿Agora cuelgas la espada, Rodrigo? HERNÁN DÍAZ ¡Padre! BERMUDO ¡Señor! 335 RODRIGO ¿Qué tienes? DIEGO LAÍNEZ (Aparte.) (¡No tengo honor!) ¡Hijos!... RODRIGO ¡Dilo! DIEGO LAÍNEZ Nada, nada. Dejadme solo. RODRIGO ¿Qué ha sido? [Aparte.] (De honra son estos enojos.) ¿Vertiendo sangre los ojos... 340 ...con el báculo partido? DIEGO LAÍNEZ ¡Salíos fuera! RODRIGO Si me das licencia, tomar quisiera otra espada. DIEGO LAÍNEZ ¡Esperad fuera! ¡Salte, salte como estás! 345 HERNÁN DÍAZ ¡Padre! BERMUDO ¡Padre! DIEGO LAÍNEZ [Aparte.] (¡Más se aumenta mi desdicha!) RODRIGO ¡Padre amado! DIEGO LAÍNEZ (Aparte.) (Con una afrenta os he dado a cada uno una afrenta.) ¡Dejadme solo... BERMUDO Cruel 350 es su pena. HERNÁN DÍAZ Yo la siento. DIEGO LAÍNEZ (Aparte.) (...que se caerá este aposento si hay cuatro afrentas en él!) ¿No os vais? RODRIGO Perdona. DIEGO LAÍNEZ [Aparte.] (¡Qué poca es mi suerte!) RODRIGO [Aparte.] (¿Qué sospecho 355 pues ya el honor en mi pecho toca a fuego, al arma toca?) (Vanse los tres.) DIEGO LAÍNEZ ¡Cielos! ¡Peno, muero, rabio! No más báculo rompido, pues sustentar no ha podido 360 si no al honor, al agravio. Mas no os culpo, como sabio... Mal he dicho... Perdonad, que es ligera autoridad la vuestra, y sólo sustenta, 365 no la carga de una afrenta, sino el peso de una edad. Antes con mucha razón os vengo a estar obligado, pues dos palos me habéis dado 370 con que vengue un bofetón. Mas es liviana opinión que mi honor fundarse quiera sobre cosa tan ligera. Tomando esta espada, quiero 375 llevar báculo de acero, y no espada de madera. (Ha de haber unas armas colgadas en el tablado y algunas espadas.) Si no me engaño, valor tengo que mi agravio siente. ¡En ti, en ti, espada valiente, 380 ha de fundarse mi honor! De Mudarra el vengador eres; tu acero afamólo desde el uno al otro polo. Pues vengaron tus heridas 385 la muerte de siete vidas, venga en mí un agravio solo. ¿Esto es blandir o temblar? Pulso tengo todavía, aún hierve mi sangre fría, 390 que tiene fuego el pesar. Bien me puedo aventurar, mas, ¡ay, cielo!, engaño es, que cualquier tajo o revés me lleva tras sí la espada, 395 bien en mi mano apretada y mal segura en mis pies. Ya me parece de plomo, ya mi fuerza desfallece, ya caigo, ya me parece 400 que tiene a la punta el pomo. Pues, ¿qué he de hacer? ¿Cómo, cómo, con qué, con qué confianza daré paso a mi esperanza cuando funda el pensamiento 405 sobre tan flaco cimiento tan importante venganza? ¡Oh, caduca edad cansada! Estoy por pasarme el pecho. ¡Ah, tiempo ingrato! ¿Qué has hecho? 410 ¡Perdonad, valiente espada, y estad desnuda y colgada, que no he de envainaros, no! Que pues mi vida acabó donde mi afrenta comienza, 415 teniéndoos a la vergüenza, diréis la que tengo yo. ¡Desvanéceme la pena! Mis hijos quiero llamar, que, aunque es desdicha tomar 420 venganza con mano ajena, el no tomalla condena con más veras al honrado. En su valor he dudado, teniéndome suspendido, 425 el suyo por no sabido, y el mío por acabado. ¿Qué haré?... No es mal pensamiento. ¡Hernán Díaz! (Sale HERNÁN DÍAZ.) HERNÁN DÍAZ ¿Qué me mandas? DIEGO LAÍNEZ Los ojos tengo sin luz, 430 la vida tengo sin alma. HERNÁN DÍAZ ¿Qué tienes? DIEGO LAÍNEZ ¡Ay, hijo! ¡Ay, hijo! Dame la mano... Estas ansias con este rigor me aprietan. (Tómale la mano a su hijo y apriétasela lo más fuerte que pudiere.) HERNÁN DÍAZ ¡Padre, padre, que me matas! 435 ¡Suelta, por Dios, suelta! ¡Ay, cielo! DIEGO LAÍNEZ ¿Qué tienes? ¿qué te desmaya? ¿qué lloras, medio mujer? HERNÁN DÍAZ ¡Señor! DIEGO LAÍNEZ ¡Vete! ¡Vete! ¡Calla! ¿Yo te di el ser? No es posible. 440 ¡Salte fuera! HERNÁN DÍAZ [Aparte.] (¡Cosa extraña!) (Vase.) DIEGO LAÍNEZ ¡Si así son todos mis hijos, buena queda mi esperanza! ¡Bermudo Laín! (Sale BERMUDO LAÍN.) BERMUDO ¿Señor? DIEGO LAÍNEZ Una congoja, una basca 445 tengo, hijo. Llega, llega... ¡Dame la mano! (Apriétale la mano.) BERMUDO Tomalla Puedes... ¡Mi padre! ¿Qué haces?... ¡Suelta, deja, quedo, basta! ¿Con las dos manos me aprietas? 450 DIEGO LAÍNEZ ¡Ah, infame! Mis manos flacas ¿son las garras de un león? Y aunque lo fueran, ¿bastaran a mover tus tiernas quejas? ¿Tú eres hombre? ¡Vete, infamia 455 de mi sangre! BERMUDO Voy corrido. (Vase.) DIEGO LAÍNEZ ¿Hay tal pena? ¿Hay tal desgracia? ¡En qué columnas estriba la nobleza de una casa que dio sangre a tantos reyes! 460 Todo el aliento me falta. ¡Rodrigo! (Sale RODRIGO.) RODRIGO Padre, Señor, ¿es posible que me agravias? Si me engendraste el primero, ¿cómo el postrero me llamas? 465 DIEGO LAÍNEZ ¡Ay hijo! Muero. RODRIGO ¿Qué tienes? DIEGO LAÍNEZ ¡Pena, pena, rabia, rabia! (Muérdele un dedo de la mano fuertemente.) RODRIGO ¡Padre, soltad en mal hora! ¡Soltad, padre, en hora mala! ¡Si no fuérades mi padre 470 diéraos una bofetada! DIEGO LAÍNEZ Ya no fuera la primera. RODRIGO ¿Cómo? DIEGO LAÍNEZ ¡Hijo, hijo del alma! ¡Ese sentimiento adoro, esa cólera me agrada, 475 esa braveza bendigo! ¡Esa sangre alborotada que ya en tus venas revienta, que ya por tus ojos salta, es la que me dio Castilla, 480 y la que te di heredada de Laín Calvo y de Nuño, y la que afrentó en mi cara el Conde, el Conde de Orgaz, ése a quien Lozano llaman! 485 ¡Rodrigo, dame los brazos! Hijo, esfuerza mi esperanza y esta mancha de mi honor, que al tuyo se extiende, lava con sangre; que sangre sola 490 quita semejantes manchas. Si no te llamé el primero para hacer esta venganza, fue porque más te quería, fue porque más te adoraba; 495 y tus hermanos quisiera que mis agravios vengaran por tener seguro en ti el mayorazgo en mi casa. Pero, pues los vi al proballos 500 tan sin bríos, tan sin alma, que doblaron mis afrentas y crecieron mis desgracias, a ti te toca, Rodrigo. Cobra el respeto a estas canas; 505 poderoso es el contrario, y en palacio y en campaña su parecer el primero, y suya la mejor lanza. Pero, pues tienes valor 510 y discurso no te falta, cuando a la vergüenza miras, aquí ofensa y allí espada... No tengo más que decirte, pues ya mi aliento se acaba, 515 y voy a llorar afrentas mientras tú tomas venganzas. (Vase DIEGO LAÍNEZ, dejando solo a RODRIGO.) RODRIGO Suspenso, de afligido, estoy. Fortuna, ¿es cierto lo que veo? ¡Tan en mi daño ha sido 520 tu mudanza, que es tuya y no la creo! ¿Posible pudo ser que permitiese tu inclemencia que fuese mi padre el ofendido -¡extraña pena!-, y el ofensor el padre de Jimena? 525 ¿Qué haré, suerte atrevida, si él es el alma que me dio la vida? ¿Qué haré -¡terrible calma!-, si ella es la vida que me tiene el alma? Mezclar quisiera, en confianza tuya, 530 mi sangre con la suya, ¿y he de verter su sangre? ¡Brava pena! ¿Yo he de matar al padre de Jimena? Mas ya ofende esta duda al santo honor que mi opinión sustenta. 535 Razón es que sacuda de amor el yugo y la cerviz exenta acuda a lo que soy; que habiendo sido mi padre el ofendido, poco importa que fuese, ¡amarga pena!, 540 el ofensor el padre de Jimena. ¿Qué imagino? Pues que tengo más valor que pocos años, para vengar a mi padre matando al Conde Lozano. 545 ¿Qué importa el bando temido del poderoso contrario, aunque tenga en las montañas mil amigos asturianos? Y ¿qué importa que en la corte 550 del Rey de León, Fernando, sea su voto el primero, y en guerra el mejor su brazo? Todo es poco, todo es nada en descuento de un agravio, 555 el primero que se ha hecho a la sangre de Laín Calvo. Daráme el cielo ventura, si la tierra me da campo, aunque es la primera vez 560 que doy el valor al brazo. Llevaré esta espada vieja de Mudarra el Castellano, aunque está bota y mohosa por la muerte de su amo; 565 y si le pierdo el respeto, quiero que admita en descargo del ceñírmela ofendido, lo que la digo turbado; haz cuenta, valiente espada, 570 que otro Mudarra te ciñe, y que con mi brazo riñe por su honra maltratada. Bien sé que te correrás de venir a mi poder, 575 mas no te podrás correr de verme echar paso atrás. Tan fuerte como tu acero me verás en campo armado; segundo dueño has cobrado, 580 tan bueno como el primero. Pues cuando alguno me venza, corrido del torpe hecho, hasta la cruz en mi pecho te esconderé de vergüenza. 585 (Vase. Salen a la ventana DOÑA URRACA y JIMENA GÓMEZ.) URRACA ¡Qué general alegría tiene toda la ciudad con Rodrigo! JIMENA Así es verdad, y hasta el sol alegra el día. URRACA Será un bravo caballero, 590 galán, bizarro y valiente. JIMENA Luce en él gallardamente entre lo hermoso lo fiero. URRACA ¡Con qué brío, qué pujanza, gala, esfuerzo y maravilla, 595 afirmándose en la silla, rompió en el aire una lanza! Y, al saludar, ¿no le viste qué a tiempo picó el caballo? JIMENA Si llevó para picallo 600 la espuela que tú le diste, ¿qué mucho? URRACA ¡Jimena, tente, porque ya el alma recela que no ha picado la espuela al caballo solamente! 605 (Salen el CONDE LOZANO y PERANSULES, y algunos CRIADOS.) CONDE Confieso que fue locura, mas no la quiero enmendar. PERANSULES Querrálo el Rey remediar con su prudencia y cordura. CONDE ¿Qué ha de hacer? PERANSULES Escucha agora, 610 ten flema, procede a espacio... JIMENA A la puerta de Palacio llega mi padre y, Señora, algo viene alborotado. URRACA Mucha gente le acompaña. 615 PERANSULES Es tu condición extraña. CONDE Tengo condición de honrado. PERANSULES Y con ella, ¿has de querer perderte? CONDE ¿Perderme? No, que los hombres como yo 620 tienen mucho que perder, y ha de perderse Castilla antes que yo. PERANSULES ¿Y no es razón el dar tú...? CONDE ¿Satisfacción? Ni dalla, ni recebilla. 625 PERANSULES ¿Por qué no? No digas tal. ¿Qué duelo en su ley lo escribe? CONDE El que la da y la recibe es muy cierto quedar mal, porque el uno pierde honor, 630 y el otro no cobra nada; el remitir a la espada los agravios es mejor. PERANSULES ¿Y no hay otros medios buenos? CONDE No dicen con mi opinión. 635 Al dalle satisfacción, ¿no he de decir por lo menos, que sin mí y conmigo estaba al hacer tal desatino, o porque sobraba el vino 640 o porque el seso faltaba? PERANSULES Es así. CONDE Y ¿no es desvarío el no advertir, que en rigor pondré un remiendo en su honor quitando un jirón del mío? 645 Y en habiendo sucedido, habremos los dos quedado, él, con honor remendado, y yo, con honor perdido. Y será más en su daño 650 remiendo de otro color, que el remiendo en el honor ha de ser del mismo paño. No ha de quedar satisfecho de esa suerte, cosa es clara; 655 si sangre llamé a su cara, saque sangre de mi pecho, que manos tendré y espada para defenderme dél. PERANSULES Esa opinión es cruel. 660 CONDE Esta opinión es honrada. Procure siempre acertalla el honrado y principal; pero si la acierta mal, defendella, y no enmendalla. 665 PERANSULES Advierte bien lo que haces, que sus hijos... CONDE Calla, amigo; y ¿han de competir conmigo un caduco y tres rapaces? (Vanse. Sale RODRIGO.) JIMENA Parece que está enojado 670 mi padre. ¡Ay, Dios! Ya se van... URRACA No te aflijas; tratarán allá en su razón de estado. Rodrigo viene. JIMENA Y también trae demudado el semblante. 675 RODRIGO [Aparte.] (Cualquier agravio es gigante en el honrado... ¡Ay, mi bien!) URRACA ¡Rodrigo, qué caballero pareces! RODRIGO [Aparte.] (¡Ay, prenda amada!) URRACA ¡Qué bien te asienta la espada 680 sobre seda y sobre acero! RODRIGO Tal merced... JIMENA [A D.ª URRACA.] ¡Alguna pena señala! ¿Qué puede ser? URRACA Rodrigo... RODRIGO [Aparte.] (¡Que he de verter sangre del alma! ¡Ay, Jimena!) 685 JIMENA ...o fueron vanos antojos, o pienso que te has turbado. RODRIGO Sí, que las dos habéis dado dos causas a mis dos ojos, pues lo fueron deste efecto 690 el darme con tal ventura, Jimena, amor y hermosura, y tú, hermosura y respeto. JIMENA Muy bien ha dicho, y mejor dijera, si no igualara 695 la hermosura. URRACA (Aparte.) (Yo trocara con el respeto el amor.) [A JIMENA.] Más bien hubiera acertado si mi respeto no fuera, pues sólo tu amor pusiera 700 tu hermosura en su cuidado, y no te causara enojos el ver igualarme a ti en ella. JIMENA Solo sentí el agravio de tus ojos, 705 porque yo más estimara el ver estimar mi amor que mi hermosura. RODRIGO (Aparte.) (¡Oh, rigor de fortuna! ¡Oh, suerte avara! ¡Con glorias creces mi pena!) 710 URRACA Rodrigo... JIMENA [Aparte.] (¿Qué puede ser?) RODRIGO Señora... [Aparte.] (Que he de verter sangre del alma. ¡Ay, Jimena! Ya sale el Conde Lozano... ¿Cómo, terribles enojos, 715 teniendo el alma en los ojos pondré en la espada la mano?) (Salen el CONDE LOZANO y PERANSULES, y los CRIADOS.) PERANSULES De lo hecho te contenta, y ten por cárcel tu casa. RODRIGO (Aparte.) (El amor allí me abrasa, 720 y aquí me hiela el afrenta.) CONDE Es mi cárcel mi albedrío, si es mi casa. JIMENA ¿Qué tendrá? Ya está hecho brasa, y ya está como temblando de frío. 725 URRACA Hacia el Conde está mirando, Rodrigo, el color perdido. ¿Qué puede ser? RODRIGO [Aparte.] (Si el que he sido soy siempre, ¿qué estoy dudando?) JIMENA ¿Qué mira? ¿A qué me condena? 730 RODRIGO [Aparte.] (Mal me puedo resolver.) JIMENA ¡Ay, triste! RODRIGO (Aparte.) (Que he de verter sangre del alma. ¡Ay, Jimena! ¿Qué espero? ¡Oh, amor gigante! ¿En qué dudo? Honor, ¿qué es esto? 735 En dos balanzas he puesto ser honrado y ser amante. (Salen DIEGO LAÍNEZ y ARIAS GONZALO.) Mas mi padre es éste... Rabio ya por hacer su venganza, que cayó la una balanza 740 con el peso del agravio. Cobardes mis bríos son, pues para que me animara hube de ver en su cara señalado el bofetón.) 745 DIEGO LAÍNEZ Notables son mis enojos: debe dudar y temer... ¿Qué mira, si echa de ver que le animo con los ojos? ARIAS GONZALO Diego Laínez, ¿que es esto? 750 DIEGO LAÍNEZ Mal te lo puedo decir. PERANSULES Por acá podremos ir, que está ocupado aquel puesto. CONDE Nunca supe andar torciendo ni opiniones ni caminos. 755 RODRIGO [Aparte.] (Perdonad, ojos divinos, si voy a matar muriendo.) ¡Conde! CONDE ¿Quién es? RODRIGO A esta parte quiero decirte quién soy. JIMENA ¿Qué es aquello? ¡Muerta estoy! 760 CONDE ¿Qué me quieres? RODRIGO Quiero hablarte. Aquel viejo que está allí, ¿sabes quién es? CONDE Ya lo sé, ¿por qué lo dices? RODRIGO ¿Por qué? Habla bajo, escucha... CONDE Di. 765 RODRIGO ¿No sabes que fue despojo de honra y valor? CONDE Sí, sería. RODRIGO ¿Y que es sangre suya y mía la que yo tengo en el ojo, sabes? CONDE Y el sabello, acorta 770 razones, ¿qué ha de importar? RODRIGO Si vamos a otro lugar sabrás lo mucho que importa. CONDE Quita, rapaz... ¿puede ser? Vete, novel caballero, 775 vete, y aprende primero a pelear y a vencer; y podrás después honrarte de verte por mí vencido, sin que yo quede corrido 780 de vencerte y de matarte. Deja agora tus agravios, porque nunca acierta bien venganzas con sangre quien tiene la leche en los labios. 785 RODRIGO En ti quiero comenzar a pelear y aprender, y verás si sé vencer, veré si sabes matar. Y mi espada mal regida 790 te dirá en mi brazo diestro que el corazón es maestro desta ciencia no aprendida. Y quedaré satisfecho, mezclando entre mis agravios 795 esta leche de mis labios y esa sangre de tu pecho. PERANSULES ¡Conde! ARIAS GONZALO ¡Rodrigo! JIMENA ¡Ay de mí! DIEGO LAÍNEZ [Aparte.] (El corazón se me abrasa.) RODRIGO [Al CONDE.] Cualquier sombra desta casa 800 es sagrado para ti... JIMENA ¿Contra mi padre, Señor? RODRIGO ...y así no te mato agora. JIMENA ¡Oye! RODRIGO ¡Perdonad, Señora, que soy hijo de mi honor! 805 ¡Sígueme, Conde! CONDE Rapaz con soberbia de gigante, mataréte si delante te me pones; vete en paz. Vete, vete, sino quies 810 que como en cierta ocasión di a tu padre un bofetón, te dé a ti mil puntapiés. RODRIGO ¡Ya es tu insolencia sobrada! JIMENA ¡Con cuanta razón me aflijo! 815 DIEGO LAÍNEZ ¡Las muchas palabras, hijo, quitan la fuerza a la espada! JIMENA ¡Detén, la mano violenta, Rodrigo! URRACA ¡Trance feroz! DIEGO LAÍNEZ ¡Hijo, hijo! ¡Con mi voz 820 te envío ardiendo mi afrenta! (Éntranse acuchillando el CONDE y RODRIGO y todos tras ellos, y dicen dentro lo siguiente:) CONDE ¡Muerto soy! JIMENA ¡Suerte inhumana! ¡Ay, padre! PERANSULES ¡Matalde! ¡Muera! URRACA ¿Qué haces, Jimena? JIMENA Quisiera echarme por la ventana; 825 pero volaré corriendo ya que no bajo volando. ¡Padre! DIEGO LAÍNEZ ¡Hijo! URRACA ¡Ay, Dios! (Sale RODRIGO acuchillándose con todos.) RODRIGO ¡Matando he de morir! URRACA ¿Qué estoy viendo? CRIADO 1.º ¡Muera, que al Conde mató! 830 CRIADO 2.º ¡Prendeldo! URRACA Esperá, ¿qué hacéis? Ni le prendáis, ni matéis... ¡Mirad que lo mando yo, que estimo mucho a Rodrigo, y le ha obligado su honor! 835 RODRIGO Bella Infanta, tal favor con toda el alma bendigo; mas es la causa extremada para tan pequeño efecto interponer tu respeto 840 donde sobrara mi espada. No matallos ni vencellos pudieras mandarme a mí, pues por respetarte a ti los dejo con vida a ellos. 845 Cuando me quieras honrar, con tu ruego y con tu voz detén el viento veloz, para el indómito mar, y para parar el sol 850 te le opón con tu hermosura, que para éstos, fuerza pura sobra en mi brazo español; y no irán tantos viniendo como pararé matando. 855 URRACA Todo se va alborotando, Rodrigo, a Dios te encomiendo, y el sol, el viento y el mar pienso, si te han de valer, con mis ruegos detener 860 y con mis fuerzas parar. RODRIGO Beso mil veces tu mano. [Aparte.] ¡Seguidme! CRIADO 2.º ¡Vete al abismo! CRIADO 3.º ¡Sígate el demonio mismo! URRACA ¡Oh, valiente castellano! 865 fin

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